John Lennon: “Imagínate a toda la gente compartiendo todo el mundo…”

John Lennon: “Imagínate a toda la gente compartiendo todo el mundo…”
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Johh Lennon es un de los íconos culturales más famosos del siglo XX. No fue, en sentido estricto, un revolucionario tal como se lo entiende desde la izquierda; pero su obra, quizá más allá de él, tiene un contenido revolucionario, contestatario. Fue el símbolo del inconformismo, de la rebeldía. Identificado con el movimiento hippie de su época, con el auge masivo de las drogas como camino alternativo, con la no-violencia, su figura marcó a toda una generación y se inmortalizó como representación del pedido por un mundo más pacífico, más solidario, menos cruel. Esa es la imagen de Lennon, la que se forjó en el siglo XX y la que perdura en el XXI, ahora a casi 30 años de su muerte: un llamado por un mundo más vivible. Su producción musical es vasta. Algunas de las melodías más famosas que se escucharon –y se siguen escuchando– en todo el planeta en estas últimas décadas, son de su autoría. Aún hoy sigue siendo uno de los músicos muy bien ubicados en las listas de venta. Sin dudas, ya pasó a ser un clásico de la cultura popular. No tuvo nunca una clara posición política, pero su mensaje representa un ahogado grito de protesta, fundamentalmente de los sectores juveniles de su época, vigente todavía en el momento actual: “No puedo creer que me condecoren. Yo creía que era necesario conducir tanques y ganar guerras”.

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Nació el 9 de octubre de 1940. Su madre, Julia Stanley, le puso Winston, en homenaje al Primer Ministro británico. Su padre, Fred Lennon, fue un desertor en la II Guerra Mundial y escapó como tripulante de un barco hasta el norte de África. Al llegar a su destino, fue hecho preso. Su madre se unió a otro hombre, John Dykins, y dejó a John al cuidado de su hermana Mary Stanley, más conocida como la tía Mimi, y su esposo George Smith. En julio de 1946, su padre regresó y se llevó a John a Blackpool. Julia, después de encontrarlo, lo obligó a elegir con quien quedarse y John eligió a su madre. Regresaron a Liverpool y lo dejó en la casa de su tía Mimí.

En el año 1952 estudia en la escuela secundaria Quarry Bank, donde se aficionó a hacer dibujos y a escribir historias acerca de sus profesores. Su tía consiguió una recomendación para que entrara en el Colegio de Arte de Liverpool donde en 1956, un amigo le hizo escuchar «Hotel de los rompecorazones» de Elvis Presley. Su tía le compró una guitarra de segunda mano. Formó la banda «The Quarrymen» con sus compañeros de clase Pete Shotton, Nigel Walley e Ivan Vaughan. El 6 de julio de 1957, mientras la banda daba un recital en los jardines de la iglesia Woolton Parich, Ivan le presentó a un chico dos años menor que él, su nombre: Paul Mc Cartney. Juntos, interpretaron por primera vez «Twenty Flight Rock» de Eddie Cochran y «Be Bop a Lula» de Gene Vincent. Dudó bastante antes de aceptar que entrara un nuevo guitarrista a la banda, ya que se trataba de un chico tres años menor que él, pero tenía una ventaja, sabía muchos más acordes de música que John y Paul. Su nombre: George Harrison.

El 6 de febrero de 1958 lo aceptó en la banda. El 15 de julio la madre de John, murió en un accidente de tráfico. Al año siguiente cambiaron el nombre del grupo por «Johnny and the Moondogs». Actuaban regularmente en el Casbash Club de Liverpool con el baterista Ken Brown, aunque decidió no unirse al grupo y entró en su lugar el hijo de la propietaria del local, Pete Best. El pago que recibían por sus recitales consistía en unas gaseosas. En noviembre hacen una prueba para el programa de televisión «Hacedores de estrellas», conducido por Carrol Levis, en Manchester y fueron rechazados. Poco después el grupo se disolvió, para posteriormente reconstituirse con el nombre de Silver Beatles. John y Paul, también dieron algunas presentaciones como dúo con el nombre de Nurk Twins.

En 1960 John compartía un departamento en Liverpool con su amigo Stu Sutcliffe, un pintor. Después de que Stu ganó 50 libras en un concurso de pintura, John lo convenció para que se comprara un bajo y se uniese al grupo, y como no sabía tocar el instrumento, era recriminado constantemente por Paul. El grupo se reconstituyó con John, Paul, George, Pete y Stu con el nombre «The Silver Beatles». John explicó el origen del nombre: «Éramos admiradores de Buddy Holly y lo Crickets (los grillos). Pensando en ese nombre, se me ocurrió otro insecto con el que se pudiera jugar con la doble significación. De repente, se me apareció la palabra beetles y decidí cambiarla por BEATles para que sonara como música beat. Fue una especie de broma. «Durante ese tiempo John se hacía llamar Johnny Silver. El grupo realizó una gira por Escocia, acompañando a Johnny Gentle. A partir del 2 de junio, el grupo cambió definitivamente su nombre por «The Beatles».

Al mes siguiente John abandonó la Escuela de Arte y el 16 de agosto Los Beatles parten hacia Hamburgo, en Alemania, donde debutaron en el Indra Night Club. Cuando el club fue cerrado por las autoridades, el grupo ofreció sus actuaciones junto a Rory Storm and the Hurricanes, cuyo baterista era Ringo Starr. En 1961 ya eran músicos profesionales, y fueron contratados por «The Cavern», el mejor club de Liverpool, donde debutaron el 21 de marzo. En junio se editó en Alemania el simple «My Bonnie» grabado por Tony Sheridan, con coros de los Beatles. El dueño de una tienda de discos, Brian Epstein, se acercó a The Cavern luego de que unas chicas pidieran el disco. Los vio actuar y se ofreció para ser su representante.

El 6 de junio, John publica un artículo en la revista Mersey Beat; desde ese momento fue su colaborador. Al año siguiente, Epstein los presentó a las mejores compañías discográficas, donde fueron sistemáticamente rechazados. Stu escribía cartas a John en donde decía que él era Jesús. John, pensando que se trataba de una broma, decía que él era Juan el Bautista. Stu comenzó a tener fuertes dolores de cabeza y en abril falleció cuando contaba 21 años, víctima de un derrame cerebral. Stu tuvo una tremenda influencia sobre los Beatles en relación a la vestimenta, el pelo y sus ideas. John pensaba que Stu era el único artista del grupo.

En junio firmaron contrato por cinco años, con la compañía discográfica EMI. Inmediatamente, Brian sugirió sustituir a Pete por Ringo Starr. Cambió la ropa de cuero por el traje y la corbata. John se casó con Cynthia Powell, ya embarazada, en el registro civil de Mount Pleasant. En esa misma noche el grupo tocó en Chester. El 4 de septiembre grabaron su primer simple «Love me do», que a los 10 días estaba en el puesto número 48 en las listas de ventas y llegó a colocarse en el puesto número 17. Al finalizar el año, realizaron la última gira por Hamburgo.

En 1963 al regreso de Alemania, realizan una gira por Escocia. El 11 de enero, debutaron para la televisión británica en el programa de la BBC «Thank you, Lucky stars» y al día siguiente se editó su segundo sencillo «Please, Please Me» y «Ask me Why». En febrero comenzaron su primera gira británica y en marzo «Please, please me» llegó al primer puesto del ranking de Melody Maker, lo que los llevó a lanzar el larga duración del mismo nombre que también se convirtió en número uno.

El 8 de abril nació John Charles Julian Lennon, el hijo de John y Cynthia, en el hospital general Sefton, de Liverpool. En junio John apareció sin los Beatles por primera vez, en el show de la BBC «Juke Box Jury» y en agosto Lennon y sus compañeros actuaron por última vez en The Cavern. Se editó el simple «She Loves You» que se colocó en la posición número 1 en los rankings estadounidenses. Unos días más tarde apareció el sencillo «I want to hold your hand» y el álbum «With The Beatles». El 9 de enero de 1964, John Lennon confesó que no esperaba tener éxito alguno en los Estados Unidos. El hit «I want to hold your hand» trepó el número uno. El 7 de febrero Los Beatles descendieron en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York y fueron recibidos por miles de adolescentes al borde de un ataque masivo de histeria. El 9 de febrero actuaron en «El Show de Ed Sullivan», consiguiendo la increíble audiencia de 73 millones de espectadores. Además ofrecieron conciertos en Washington, Miami y el Carnegie Hall de Nueva York.

En marzo apareció el primer libro de John «In his own Write». En junio se estrenó la película en blanco y negro, dirigida por Richard Lester, «Yeah, Yeah, Yeah» («A hard day’s night») La banda sonora de Lennon y Mc Cartney fue nominada para el Oscar. En 1965 llega a las pantallas una nueva película, esta vez con color y otra vez con Lester como director. Su título fue «Help» Fue rodada en Las Bahamas para eludir impuestos y en Austria. La película fue acompañada por un disco de larga duración.

En junio editó su segundo libro «A Spaniard in the Works». A los 25 años, John Lennon se había convertido en millonario. En marzo le dio 20.000 libras a su compañero de secundaria y ex Quarrymen, Pete Shotton y juntos crearon Supermercados Hayling Ltd. En Hampshire. Tampoco olvidaba a su familia y le compró a su Tía Mimí un bungalow en Poole, Dorset. El 15 de agosto, Los Beatles aparecen en el Shea Stadium, un impresionante campo de béisbol donde unas 60.000 personas siguieron la actuación. En octubre, la Reina de Inglaterra condecoró a Los Beatles con la medalla «Miembros de la Orden del Imperio Británico». Después de este gesto de la reina, muchos de los que lo habían recibido lo devolvieron en señal de protesta. En diciembre se editó el nuevo larga duración Rubber Soul.

El 4 de marzo de 1966 aparece en Londres un reportaje a John, entrevistado por el periodista Maureen Cleave, en el que se dijo que los Beatles eran más populares que Jesucristo. No hubo reacción del público británico. Pero el mismo reportaje fue publicado a mediados de año en los Estados Unidos totalmente fuera de contexto. Las estaciones de radio de Birmingham, Alabama, decidieron no pasar más música de los Beatles y se organizaron fogatas quemando los discos del grupo. Lennon se negó a que los Beatles actuaran en Sudáfrica como protesta contra el apartheid. En julio estando de gira por Filipinas, John y sus compañeros se negaron a visitar a la esposa del dictador, Imelda Marcos, ya que estaban descansando. Esto provocó la ira de Imelda, quien se encargó de poner a todo el país contra los Beatles. Fueron echados de mala manera de Filipinas. En agosto se inició la última gira de los Beatles por Estados Unidos.

En Toronto, Canadá, Lennon, invitó a todos los jóvenes del mundo a declarar su rechazo a la guerra de Vietnam que venía desarrollando el gobierno de Estados Unidos. En Memphis, el grupo racista Ku Klux Klan provocó altercados durante un concierto del grupo y el 29 de agosto en el Candlestick Park en San Francisco, Los Beatles, dieron su último concierto.

El 9 de noviembre recibió una invitación de un grupo de artistas denominados «Simposio de la destrucción del arte» para ver una artista de vanguardia japonesa que realizaba una exposición en Londres. Una de las obras de arte –moderna y alternativa– que presentaba se titulaba «martillo y clavo» un tablero con un martillo colgando y un puñado de clavos debajo. John pidió clavar un clavo. La artista dijo que no. El dueño de la galería le dijo que era John Lennon. Ella no tenía la menor idea de quién se trataba. Volvió y le dijo que podía clavarlo por cinco chelines. La mujer era Yoko Ono, y empezarían a salir juntos un año y medio más tarde.

En enero de 1967, tras conocer a Yoko Ono y tener problemas con su esposa Cynthia Powell, durmió varias noches en la casa de Brian Epstein, con quien experimentó una breve relación homosexual. En febrero se editó un simple con el tema de John, «Strawvberry Fields forever» y en la cara B, «Penny Lane», de Paul Mc Cartney. El tratamiento musical era totalmente innovador, y por primera vez desde 1964 el grupo lanzaba un disco que no ocupaba el puesto número 1 de las ventas.

El 1° de junio aparece en Gran Bretaña el más ambicioso y revolucionario disco de los Beatles «La Banda del Sargento Peppers». El 24 de agosto John, Paul y George visitaron al Gurú Maharishi Mahesh Yogi en el hotel Hilton de Londres. Dos días más tarde, mientras el grupo seguía en Bangor, su amigo y manager, Brian Epstein murió por una sobredosis de barbitúricos. Llegó a las pantallas una película escrita y dirigida por Paul «The Magical Mistery Tour». La crítica hundió la película y el prestigio recientemente adquirido por «La banda del Sargento Pepper». El 5 de enero de 1968, John se encontró en Waybridge, con su padre Fred.

El 15 de mayo John y Paul aparecieron en el Tonight Show, en Estados Unidos, para anunciar la formación de la compañía discográfica Apple, propiedad del afamado grupo. John aprovechó la oportunidad para denunciar públicamente al Gurú Maharishi como un fraude. Se estrena la película de dibujos animados «Submarino amarillo», en el London Pavilion de la capital británica. El 22 de agosto Cynthia pidió el divorcio de John por adulterio con Yoko Ono, que fue concedido el 28 de octubre. Diez días antes John y Yoko fueron arrestados por posesión de marihuana tras visitar el departamento de Ringo Starr.

El 22 de noviembre salió a la venta el álbum doble blanco de Los Beatles, que rápidamente entró en la lista de éxitos. Una semana más tarde, John y Yoko editaron su primer disco donde actúan juntos, «Dos vírgenes». La tapa del disco mostraba a los dos en un desnudo frontal. Se confiscaron treinta mil copias del álbum, al considerarse su portada pornográfica. En enero de 1969 los Beatles inician la grabación de una película y un disco con el mismo nombre «Let it be» que acaban con un concierto sorpresa sobre el tejado de los estudios Apple de Londres.

El 20 de marzo John y Yoko viajaron por 70 minutos para contraer matrimonio en Gibraltar, el único lugar donde se les permitían casarse. Cuatro días más tarde almorzaron con Salvador Dalí y del 25 al 31 de marzo iniciaron en Ámsterdam, Holanda, una campaña por la paz, llamada «Bed-in». Se alojaron en la habitación 902 del Amsterdam Hilton, se metieron desnudos en la cama y dieron cientos de entrevistas dentro del lecho. De allí viajaron a Viena para la presentación del documental «Violación». Su única aparición en público consistió en una conferencia de prensa en el hotel Sacher, metidos dentro de dos grandes bolsas. Los periodistas al no saber si realmente eran ellos le pidieron a John que cantara una canción y el cantó «Maggie May». Yoko cantó varias canciones japonesas y luego despidieron a la prensa sin salir de las bolsas.

El 22 de abril John Winston Lennon cambió su nombre por el de John Ono Lennon y grabó junto a Paul McCartney, «La balada de John y Yoko». En mayo John y Yoko editaron su segundo disco «Vida con los leones». Viajaron a Canadá a realizar un nuevo Bed-in. Allí, John y Yoko grabaron desde la cama de un hotel en Montreal, «Dale una oportunidad a la paz». En septiembre se editó en Gran Bretaña el álbum «Abbey Road», que contenía la novedad de que una de las caras del disco no presentaba separaciones entre canción y canción.

Con The Beatles

En octubre apareció un simple de John con la Plastic Ono Band: «Cold Turkey». Un tema que fue prohibido por apología de la droga. El 14 de noviembre, el sello Apple editó «Álbum de casamiento», que contenía no sólo un disco de John y Yoko, sino una copia del certificado de matrimonio y una foto del pastel de la boda. El contenido musical fue una vez más sorpresivo: Por ejemplo, en la canción «Amsterdam» se grabaron los jadeos de ambos haciendo el amor.

El 25 del mismo mes, John devolvió su medalla de miembro de la Orden del Imperio Británico «como protesta por la injerencia británica en las guerras de Biafra y Vietnam y por la caída del simple Cold Turkey en los charts». La carta fue firmada: «Con amor, John Lennon de la bolsa».

En diciembre Tim Rice y Andrew Lloyd Weber (los autores de la ópera Evita) le ofrecieron a Lennon el papel de Jesús en su Opera Rock «Jesucristo Superstar», pero ante la duda del Beatle le ofrecieron el papel a un actor desconocido. El 16 de enero de 1970 se inauguró una exposición con litografías eróticas de Lennon, que fue clausurada por la Scotland Yard. Cuatro días más tarde John y Yoko se raparon la cabeza y proclamaron la llegada del año 1 de una nueva era.

El 10 de abril Paul renunció al grupo y el 8 de mayo se editó el último álbum oficial de Los Beatles: Let it Be. Fue el fin de Los Beatles como grupo y el comienzo de las carreras solistas. La figura de Yoko Ono había contribuido en muy buena medida a crear un clima hostil entre los distintos integrantes, lo cual hizo que finalmente la banda eclosionara.

Con Yoko Ono

El 11 de diciembre se editó el álbum «John Lennon/Plastic Ono Band» con un gran reconocimiento de crítica. Uno de los mejores temas del álbum «Héroe de la clase trabajadora», fue prohibido por la BBC. En marzo de 1971 sale a la venta el single «Power to the people». En noviembre aparece «Imagine», del que Lennon dijo: «En realidad tendría que acreditarse como una canción Lennon / Ono. Gran parte de ella es de Yoko”. «Imagine» se convirtió en el himno casi generacional de los años setenta y en la canción más laureada y conocida de Lennon. En junio de 1972 se editó «Some Time in New York City». En la cubierta del disco había una fotografía trucada de Mao y de Nixon bailando desnudos juntos. Uno de los temas del disco «La mujer es el negro del mundo», fue prohibida en USA, porque no se podía decir la palabra negro.

Al año siguiente, John y Yoko se separaron. John se refugió en su secretaria japonesa, May Pang. El 10 de noviembre se editó «Juegos de la mente». No tocó ningún instrumento, sólo se dedicó a cantar. El resultado fue tan confuso como la propia situación de John. Apenas llegó hasta el discreto número 26 de la lista de éxitos. En 1974 se instaló provisionalmente en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, con May Pang y empezó a trabajar en el disco «Paredes y puentes» en el que colaboró entre otros Elton John. En uno de los temas, «Ya ya», Julián Lennon, que entonces sólo tenía 11 años, cantó junto a su padre.

El 28 de noviembre, se presentó junto a Elton John en el Madison Square Garden de Nueva York. Entre los asistentes, se encontraba Yoko, separada desde hacía dos años. Yoko se acercó a John a la salida del recital y lo volvió a conquistar con sólo una bajada de ojos. El 21 de febrero de 1975 publicó el disco «Rock’n’Roll». Homenaje a los grande pioneros del Rock.

Finalmente, John y Yoko consiguieron tener un hijo, tras varios abortos espontáneos. El 9 de noviembre nació Sean Ono Lennon. Durante los cinco años siguientes John, Yoko y Sean vivieron tranquilos en Nueva York gracias a su permiso de residencia. Compraron terrenos por valor de doscientos mil dólares para criar vacas de la raza Hilstein, casas y más propiedades en California. Todo ello alternado con viajes alrededor del mundo con Sean. La encargada de manejar los negocios y las finanzas fue Yoko. John se dedicó a criar y a ver crecer a su hijo Sean, como no había podido hacerlo con Julián.

El 21 de noviembre de 1980 se publicó simultáneamente en todo el mundo «Double Fantasy», con siete canciones de John y siete de Yoko. El tema principal fue «Woman» que rápidamente se convirtió en número 1. A primeras horas de la tarde del 8 de diciembre, John y Yoko salieron de Dakota House hacia los estudios de grabación. Al salir a la calle, como en muchas otras ocasiones, la pareja se encontró con algunos aficionados que rodeando el automóvil intentaban conseguir un autógrafo del ex Beatle. Entre los admiradores se encontraba Mark David Chapman. Cuando John y Yoko volvieron del estudio, a eso de las 11 de la noche para cenar tranquilamente con Sean, Chapman abordó nuevamente a la pareja y descargó cinco disparos sobre el cuerpo de John. Las últimas palabras pronunciadas por Lennon fueron «¡Me han disparado, me han disparado!» Cuando era trasladado al hospital Roosvelt, un agente le preguntó si era John Lennon, éste respondió con un escueto «Yeah». Fue su despedida del mundo. Faltaban pocos minutos para la medianoche cuando las estaciones de radio y televisión empezaron a difundir la noticia. La gente, sin poder creerlo, salió espontáneamente a la calle. Colocaron pétalos de rosas sobre las manchas de sangre y entonaron «Dale una oportunidad a la paz». No hubo funeral público. Sólo diez minutos de meditación silenciosa.

En el año 2006, y por una orden judicial, el FBI admitió que espiaba y hacía un seguimiento personal de John y publicó todos los documentos secretos que el organismo había creado entre 1971 y 1972.

John y Yoko, la Entrevista de Playboy
(Fragmentos)

Por David Sheff

Una conversación cándida con la recluida pareja sobre sus años de relación y sus sorprendentemente francos puntos de vista sobre la vida con y sin The Beatles.

Describir la turbulenta historia de The Beatles o las marcas musicales y culturales establecidas por John Lennon sería un ejercicio de lo obvio. Mucho del mundo sabe que Lennon fue el espíritu guía de The Beatles, el grupo que aportó las influencias más populares y profundas de la década de los sesenta antes de terminar amargamente en 1970. Algunos seguidores culparon del rompimiento a Yoko Ono, la segunda esposa de John nacida en Japón, de quién se dijo ejerció una influencia desproporcionado sobre Lennon y con el cual ha colaborado durante los setentas.

En 1975 los Lennon se volvieron inaccesibles para la prensa y aunque ha habido mucha especulación en los medios impresos, emergieron para disipar los rumores -y para lanzar un nuevo álbum- sólo hace un par de meses. Los Lennon decidieron hablar con Playboy en la entrevista más larga que habían dado. El escritor freelance, David Sheff, fue asignado a esta tarea y cuando él y el editor de Playboy se reunieron con Ono para discutir las condiciones de la entrevista, Ono dijo: «La gente como Carter representa sólo a su país. John y yo representamos al mundo». Sin embargo, al momento de concluir la entrevista, varias semanas después, Ono ya se había unido al proyecto con entusiasmo. A continuación se presenta el reporte de Sheff:

«Había una gran posibilidad de que esta entrevista nunca se realizara. Cuando mis contactos con la organización Lennon-Ono empezaron, uno de los asistentes de Ono me habló y me preguntó de manera seria: «¿Cuál es tu signo?». Aparentemente, la entrevista dependía de la interpretación de Yoko de mi horóscopo así como muchas de las decisiones comerciales de los Lennon dependieron de las estrellas. Ya me estaba imaginando, explicándole el editor de Playboy: «Lo siento, pero mi luna está en Escorpión, la entrevista fue cancelada». Claramente, estaba fuera de mi control. Así que di mis datos: «Diciembre 23, 3 p.m., Boston». Gracias a mi buena estrella, la llamada entró y la entrevista estaba tentativamente aceptada. Y pronto me encontré en Nueva York, pasando a través de las rejas siniestras y de numerosos puntos de chequeo en el edificio de los Lennon, el famoso edificio de departamentos Dakota en la parte oeste de Central Park, en donde la pareja habita y en donde Yoko Ono inicia sus labores a las 8:00 en punto, cada mañana».

Ono es una de las mujeres más mal entendidas de la vida pública. Su imagen misteriosa se basa en recuentos verdaderos y falsos sobre sus filosofías y sus declaraciones de arte y en el hecho de que nunca sonríe. También se basa, tal vez injustamente, en el resentimiento que tiene sobre la imagen de hechicera que controla la existencia total de John Lennon. Esta imagen ha permanecido en el tiempo, desde que ella y John se conocieron, básicamente porque ella ha decidido no modificarla -ni ha decidido sonreir-. Así que me quité los zapatos antes de caminar sobre su frágil alfombra -esas fueron las instrucciones- y me pregunté cuál sería la siguiente prueba.

Entre interrupciones por parte de sus dos asistentes hombres que estaban ocupados en monitorear un flujo de llamadas telefónicas, Yoko me permitió saber la razón. Finalmente me explicó por qué las estrellas habían dicho que era correcto, de hecho, muy correcto. ¿Y quién era yo para discutirlo? Así que el día siguiente me encontré a mí mismo sentado enfrente de dos tazas de capuchino y viendo a John Lennon.

Lennon, todavía con los ojos adormilados por falta de sueño y con aspecto desaliñado por no haberse rasurado, espero al café para iniciar un sistema que originalmente es usado para acompañar el sushi y el sashimi -«peces muertos», como les dice-, junto con cigarrillos franceses y barras de chocolate Hershey con almendras.

Durante la primera hora de la entrevista, Lennon hizo que olvidara todas mis ideas preconcebidas de él. Fue mucho más abierto y cándido de lo que yo tenía derecho a esperar. Estaba preparado, una vez que Yoko había dado la autorización, para hablar de manera franca de todo. Fue más bien una explosión. Si sus sesiones de terapia de gritos primarios fue su punto de alivio emocional e intelectual hace 10 años, esta entrevista era su descarga más reciente. Después de una semana de conversaciones con Lennon y Ono de manera individual y en conjunto, habíamos establecido algún tipo de compenetración, que fue confirmada muy temprano una mañana.

«John quiere saber qué tan rápido puedes reunirte con él en el departamento», anunció la ya familiar voz del asistente de Lennon-Ono. Fue un viaje corto en taxi y al llegar me dijo. «Un tipo quiere entregarme un citatorio y yo no quiero saber de eso hoy. ¿Me ayudarás a perderme?». Nos subimos a su limosina y nos dirigimos al estudio de grabación tres horas antes de que Lennon estuviera programado para llegar. Lennon le dijo a su chofer que bajara la velocidad al aproximarnos al estudio y me pidió que saliera primero y me asegurara que el camino era seguro. «Si alguien viene con papeles, despídelo», dijo, «Siempre y cuando no me toquen, está bien». Antes de salir del coche, Lennon señaló a un pordiosero que dormía junto a la pared del estudio. «Podría ser él», advirtió, «son unos maestros del disfraz». Lennon se encaminó rápidamente al elevador jalándome con él. Cuando las puertas del elevador finalmente se cerraron, suspiró nerviosamente y de alguna manera lo absurdo de la mañana tomó consciencia en él. Empezó a reír. «Me siento como si estuviera en la época de ‘A Hard Day’s Night» o ‘Help!'», dijo.

Mientras la entrevista fue progresando, la relación complicada y malentendida entre Lennon y Ono emergió como el factor primario en la vida de ambos. «¿Por qué la gente no nos cree cuando decimos que estamos simplemente enamorados?», pregunto John. El enigma llamado Yoko Ono se volvió accesible cuando la dura capa exterior se rompió -como lo fue en la mañana en la que le dio hipo a la mitad de un discurso profundo sobre el capitalismo-. Confundida por el hipo, Ono se rió. Con esa risa se volvió vulnerable y tierna y tímida -para nada la criatura que vino del Oriente para lavarle el cerebro a John Lennon-.

Ono nació en 1933 en Tokio, en donde sus padres eran banqueros y gente de la alta sociedad. En 1951 su familia se mudó a Scarsdale, New York. Fue alumna del Sarah Lawrence College. En 1975, Yoko se casó por primera vez, con Toshi Ichiyanagi, un músico. Se divorciaron en 1964 y en ese mismo año se volvió a casar, esta vez con Tony Cox, el padre de su hija Kyoko. Ella y Cox se divorciaron en 1967, dos años antes de que se casara con Lennon.

La otra mitad de la pareja Lennon nació en octubre de 1940. Su padre abandonó el hogar antes de que John naciera para volverse un marino y su madre, incapaz de hacerse cargo del niño, se lo entregó a sus tíos cuando él tenía cuatro años y medio. Vivían a varias cuadras de distancia de su madre en Liverpool, Inglaterra. Lennon, que fue a escuelas privadas de Liverpool, conoció a un chico llamado Paul McCartney en 1957 en el Festival de la Parroquia Woolton, en Liverpool. El año siguiente ambos iniciaron su primera banda, The Nurk Twins.

En 1958, John formó The Quarrymen, nombre que aludía al de su escuela preparatoria. Le pidió a Paul que se uniera a la banda y aceptó hacerle una audición al amigo de Paul, George Harrison. En 1959, The Quarrymen se separaron pero después se reagruparon como Johnny And The Moondogs y después The Silver Beatles. Tocaron en clubes, musicalizando los actos de las desnudistas y pudieron ingresar al Cavern Club de Liverpool. Pete Best entró como baterista y The Silver Beatles partieron de Inglaterra a Hamburgo en donde se convirtieron en donde tocaban ocho horas continuas en el Indra Club. The Silver Beatles se convirtieron en The Beatles y, para 1960, cuando regresaron a Inglaterra, la banda se había convertido en el tema de conversación de Liverpool.

En 1962, John se casó con Cynthia Powell y la pareja tuvo un hijo, Julian. John y Cynthia se divorciaron en 1968. Después, en 1962, Richard Starkey -o Ringo Starr- reemplazó a Best como el baterista de The Beatles y el resto -como Lennon lo dice frencuentemente y de manera sarcástica- fue historia del pop».

Playboy: El rumor está en pleno: John Lennon y Yoko Ono están de regreso en el estudio, grabando de nuevo y por primera vez desde 1975, cuando desaparecieron de la vida pública. Empecemos contigo, John, ¿qué has estado haciendo?

Lennon: He estado horneando pan y cuidando al bebé.

Playboy: ¿Con que proyectos secretos escondidos?

Lennon: Eso es lo que todos me han preguntado en los últimos años. «Pero, ¿qué mas has hecho?». A lo cual yo contesto: «¿Bromeas?». Porque el pan y los bebés, como lo sabe cualquier ama de casa, son un trabajo de tiempo completo. Después de preparar el pan siento que he conquistado algo. Pero mientras veo que se comen el pan, me pregunto por qué no me premiaron con un disco de oro o me hicieron caballero o algo.

Playboy: ¿Por qué te volviste un amo de casa?

Lennon: Fueron muchas razones. Había estado bajo obligación o contrato desde que tenía 22 años y hasta después de cumplir 30. Después de esos años, eso era todo lo que conocía. No era libre. Estaba enjaulado. Mi contrato era la manifestación física de estar en prisión. Fue más importante encararme a mí mismo y encarar la realidad que continuar una vida de rock ‘n’ roll y seguir bajo los caprichos de tus actuaciones o de lo que el público opina de ti. El rock ‘n’ roll dejó de ser divertido. Decidí no tomar las opciones estándar de este negocio -ir a Las Vegas y cantar tus éxitos, si tienes suerte, o ir al infierno, que es a donde Elvis se fue-.

Ono: John era como un artista que es muy bueno dibujando círculos. Se mantiene en eso y se convierte en su propio sello. Tiene una galería para promoverlo. Y el año siguiente, hará triángulos o algo así. No refleja su vida de ninguna manera. Cuando haces lo mismo por 10 años, obtienes un premio por haberlo hecho.

Lennon: Obtienes el gran premio cuando te da cáncer y has estado dibujando círculos y triángulos por 10 años. Me había convertido en un artesano y podría haber continuado siendo un artesano. Respeto a los artesanos, pero no me interesa convertirme en uno de ellos.

Ono: Sólo para probar que no puedes ir prodigando las cosas.

Playboy: Están hablando de discos, claro.

Lennon: Claro, sacarlos en serie porque eso se esperaba de mí, porque mucha gente saca álbumes cada seis meses porque se supone que deben hacerlo.

Playboy: ¿Se refieren a Paul McCartney?

Lennon: No sólo a Paul. Pero yo había perdido la libertad inicial del artista al volverme un esclavo de la imagen que supone lo que el artista debe hacer. Muchos artistas se matan debido a eso, ya sea a través de la bebida, como Dylan Thomas o a través de la locura, como Van Gogh, o a través de enfermedades venéreas, como Gauguin.

Playboy: La mayoría de las personas hubieran seguido sacando el producto. ¿Cómo pudiste vislumbrar la salida?

Lennon: La mayoría de las personas no viven con Yoko Ono.

(La siguiente porción de la entrevista fue con Lennon solo)

Playboy: Este tal vez sea el momento de hablar de esos «familiares políticos», como lo dice Yoko. John, se te ha preguntado mil veces esto, pero ¿por qué es tan impensable que The Beatles quieran juntarse de nuevo para hacer música?

Lennon: ¿Quieres que regresemos a mis días de la preparatoria? ¿Por qué debemos regresar 10 años para ofrecerte una ilusión que yo se que no existe? No puede existir.

Playboy: Entonces olvida la ilusión. ¿Qué tal sólo hacer buena música de nuevo? ¿Le das crédito a The Beatles por hacer buena música?

Lennon: ¿Por qué deberían dar más los Beatles? ¿No lo dieron todo en 10 años? ¿No se dieron a sí mismos? Eres como el típico fan que ama y odia que dice: «Gracias por todo lo que hiciste por nosotros en los sesenta, ¿me darías otra oportunidad? ¿sólo un milagro más?».

Playboy: No estamos hablando de milagros, sólo de buena música.

Lennon: Cuando Rodgers trabajó con Hart y después con Hammerstein, ¿piensas que se debió haber quedado con uno en lugar de trabajar con el otro? ¿Debieron Dean Martin y Jerry Lewis haberse quedado juntos porque a mí me gustaba como era cuando estaban juntos? La idea Beatle completa era hacer lo que querías, ¿no? Toma tu propia responsabilidad.

Playboy: Esta bien, pero regresando a la música, ¿no estás de acuerdo que The Beatles crearon el mejor rock ‘n’ roll que se ha producido?

Lennon: No estoy de acuerdo. The Beatles, verás… estoy demasiado involucrado en ellos de manera artística. No puedo verlos de manera objetiva. No puedo escucharlos de manera objetiva. No estoy satisfecho con ningún chingado disco de The Beatles. No hay un sólo disco de ellos que yo haría de nuevo -incluyendo todos los discos de The Beatles y todos mis discos como solista-. Así que no puedo ponderar lo que son The Beatles. Cuando yo era un Beatle pensaba que éramos el mejor grupo pop o algo así. Pero me pones esas canciones hoy y quiero rehacer cada una de ellas. No existe una sola… Escuché «Lucy In The Sky With Diamonds» en el radio anoche. Es abismal, ¿sabes? La canción es simplemente terrible. Quiero decir, es buena, pero no fue hecha de la manera apropiada, ¿me entiendes? Pero ese es el viaje artístico, ¿no? Eso es por lo que continúas adelante. Pero regresando a tu pregunta original sobre The Beatles y su música, la respuesta es que hicimos algunas cosas buenas y otras malas.

Playboy: Mucha gente siente que ninguna de las canciones de Paul como solista se ha equiparado con las canciones que hizo como Beatle. ¿Piensas tú honestamente que cualquiera de tus canciones -de los discos de la Plastic Ono Band- tendrán la huella permanente de «Eleanor Rigby» o «Strawberry Fields»?

Lennon: «Imagine», «Love» y esas canciones de la Plastic Ono Band se equiparan a cualquier canción que escribí cuando era un Beatle. Ahora, tal vez te tomará 20 ó 30 años en apreciarlas, pero el hecho es que si las ves entonces, te darás cuenta que son tan buenas como cualquier cosa que fue hecha en algún momento.

Playboy: Parece como si trataras de decirle al mundo: «Sólo fuimos una buena banda que hizo buena música» mientras que el resto del mundo dice: «No fue sólo buena música, fue la mejor».

Lennon: Bueno, si fue la mejor, ¿que?

Playboy: Así que…

Lennon: ¡No puede volver a ser! Todos hablan de algo bueno que terminó como si se acabara el mundo. Pero cumpliré cuarenta cuando esta entrevista salga. Paul tiene 38. Elton John, Bob Dylan, todos somos relativamente jóvenes. El juego no ha terminado. Todos hablan en términos del último disco o del último concierto de The Beatles, pero Dios mediante, habrán otros cuarenta años de productividad. No estoy juzgando si «I Am The Walrus» es mejor o peor que «Imagine». Eso lo deben juzgar otros. Yo lo estoy creando. Yo lo creo. No me paro atrás y juzgo.

Playboy: Sigues diciendo que no quieres regresar 10 años, que hay demasiado que ha cambiado. ¿No sientes que sería interesante, no cósmico sino interesante, juntarse, con todas sus nuevas experiencias, y combinar sus talentos?

Lennon: ¿No sería interesante traer a Elvis de regreso a su periodo con Sun Records? No lo se. Pero estoy contento con escuchar sus discos de esa época. No quiero sacarlo de la tumba. The Beatles no existen y nunca más podrán existir. John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Richard Starkey podrían montar un concierto, pero nunca serían The Beatles cantando «Strawberry Fields» o «I Am The Walrus» de nuevo porque ya no tenemos 20 años. No podemos ser ellos de nuevo ni lo puede ser la gente que nos escucharía.

Playboy: ¿Pero no eres tú el que le está dando demasiada importancia? ¿Qué tal si fuera sólo por diversión nostálgica? ¿Cómo una reunión de ex alumnos de una escuela?

Lennon: Yo nunca fui a las reuniones de ex alumnos. Mi política es, fuera de la vista, fuera de la mente. Esa es mi actitud en cuanto a la vida. Así que no tengo romanticismo sobre cualquier parte de mi pasado. Pienso en el pasado en términos de placer o en términos de lo que me ayudó a crecer psicológicamente. Esto es lo único que me interesa sobre el ayer. No creo en el ayer, por cierto. Tú sabes que no creo en el ayer. Sólo me interesa lo que hago hoy.

Playboy: ¿Y qué hay de la gente de tu generación, los que sintieron que un cierto tipo de música -y espíritu- murió cuando The Beatles se separaron?

Lennon: Si no entendieron a The Beatles y la década de los sesenta, entonces, ¿qué demonios podemos hacer por ellos ahora? ¿Tenemos que dividir el pescado y el pan para las multitudes de nuevo? ¿Tendremos que ser crucificados otra vez? ¿Tenemos que caminar en agua de nuevo porque una pila de tonto no lo vieron por primera vez o porque no lo creyeron cuando lo vieron? Tal vez por eso están pidiendo: «Bájate de la cruz. No entendí todavía la primera parte, ¿puedes hacerlo de nuevo?». De ninguna manera. No puedes regresar a casa. No existe.

Playboy: ¿Piensas que el clamor para una reunión de The Beatles ha muerto?

Lennon: Bueno, escuché algunas cosas de The Beatles en el radio el otro día y oí «Green Onion»… no, «Glass Onion», ¡no me acuerdo de mis propias canciones! La oí porque era una canción rara…

Playboy: Esa fue la que contribuyó al mito de «Paul McCartney está muerto» debido a la línea: «la morsa es Paul».

Lennon: Sí. Esa línea fue un chiste, ¿sabes? Esa línea fue escrita en parte porque me sentía culpable porque estaba con Yoko, y sabía que finalmente estaba seco y elevado. En una forma perversa, fue una manera de decirle a Paul: «Toma esta migaja, toma esta ilusión, toma esta línea, porque te voy a dejar». De todas maneras, es una canción que no tocan regularmente. Cuando una estación de radio ofrece un fin de semana de Beatles, usualmente tocan 10 canciones: «A Hard Day’s Night,» «Help!,» «Yesterday,» «Something,» «Let It Be»… tú sabes, hay mucho material de calidad pero sólo escuchamos 10 canciones. Así que el DJ dijo: «Quiero agradecer a John, Paul, George y Ringo por no reunirse de nuevo y echar a perder algo bueno». Pensé que era un buen signo. Tal vez la gente ya está entendiendo.

Playboy: Además de los millones que te han ofrecido para un concierto de reencuentro, ¿que te pareció la generosa oferta de $3,200 para que aparecieran juntos en el programa «Saturday Night Live» hace unos años?

Lennon: Ah, sí. Paul y yo estábamos juntos viendo el programa. El estaba de visita en nuestro departamento del Dakota. Lo estábamos viendo y casi les caemos en el estudio, sólo como broma. Casi nos vamos en taxi para allá pero en realidad estábamos muy cansados.

Playboy: ¿Cómo fue que Paul y tú estaban viendo la televisión juntos?

Lennon: Ese fue un período en el cual Paul venía constantemente con una guitarra. Lo dejaba entrar pero finalmente le dije: «Por favor, háblame antes de venir. Ya no estamos en 1856 y pararse en la puerta ya no es lo mismo. Sólo háblame antes». Se molestó por mis comentarios pero no se lo dije en mal plan. Lo que le quise decir es que me estaba encargando del bebé todo el día y tenía que lidiar con un tipo que aparecía en la puerta. Bueno, de regreso a esa noche, él y Linda llegaron y yo estaba sentado viendo el programa y Paul dijo: «Ja! ¿No sería divertido ir?». Pero no fuimos.

Playboy: ¿Fue esa la última vez que viste a Paul?

Lennon: Sí pero no fue mi intención.

Playboy: Te preguntamos porque siempre hay mucha especulación sobre si los fabulosos cuatro son enemigos a muerte o los mejores amigos.

Lennon: Ni uno ni otro. No he visto a ninguno de los Beatles por no se cuánto tiempo. Alguien me preguntó sobre qué pensaba del último álbum de Paul y yo comenté que parecía que Paul estaba deprimido y triste. Pero después me di cuenta que no había escuchado el álbum completo. Escuché una canción -el hit «Coming Up», que pienso que es una buena pieza. Después oí alguna otra que sonaba como si él estuviera deprimido. Pero no sigo su trabajo. No sigo a Wings. No me importa lo que Wings esté haciendo o qué está haciendo el nuevo álbum de George o lo que está haciendo Ringo. No me interesa, no más de lo que estoy interesado en lo que están haciendo Elton John o Bob Dylan. No es insensibilidad, es sólo que estoy muy ocupado viviendo mi propia vida para estar siguiendo lo que la otra gente hace, sea The Beatles o la gente con la cual fui a la escuela o la gente con la que tuve relaciones intensas antes de conocer a The Beatles.

Playboy: Además de «Coming Up», ¿que opinas del trabajo de Paul desde que dejó a The Beatles»?

Lennon: Siento cierta admiración por cómo Paul empezó de cero, formando una nueva banda y tocando en salones de baile pequeños porque eso es lo que quería hacer con The Beatles. Quería que regresáramos a los salones de baile y que experimentáramos eso de nuevo. Pero yo no lo hice. Ese fue uno de los problemas, de cierta manera, que él quería volver a vivir todo o algo, no se lo que era. Pero en cierta forma admiro que se haya bajado de su pedestal… ahora ya regresó a él de nuevo, pero hizo lo que quería hacer. Eso está bien, únicamente no es lo que yo quería hacer.

Playboy: ¿Y qué hay de su música?

Lennon: «The Long And Winding Road» fue su última bocanada de aire. Aunque en realidad no he escuchado nada suyo.

Playboy: Dices que no has escuchado el trabajo de Paul y que no has hablado con él desde esa noche en tu departamento…

Lennon: Hablar realmente con él, no, esa es la palabra operativa. No he hablado realmente con él en 10 años. Debido básicamente a que no he estado con él. He estado haciendo otras cosas y él también. Tú sabes, el tiene como 25 hijos y como 20 millones de discos en el mercado, ¿cómo podría gastar su tiempo en platicar? Siempre está trabajando.

Playboy: Hablemos del trabajo que hicieron juntos. En términos generales, ¿cuanto contribuyó cada uno de ustedes al equipo formado por Lennon-McCartney?

Lennon: Bueno, podrías decir que el aportó una ligereza, un optimismo, mientras yo siempre me iba por la tristeza, la discordia, un cierto dejo de tristeza. Hubo un periodo en el cual yo no escribí canciones pero Paul las escribió y yo sólo aporte puros gritos de rock ‘n’ roll. Pero, por supuesto, cuando pienso en algunas de mis propias canciones -«In My Life» o algunas anteriores como «This Boy»- yo estaba escribiendo la melodía con el mejor de ellos. Paul estaba capacitado, tocaba muchos instrumentos. Decía: «¿Por qué no cambias eso? Has incluido esta nota 50 veces en la canción». Tú sabes, agarraba una nota y me la llevaba todo el tiempo. Por otra parte, yo era el que sabía hacia donde ir con una canción, una historia que Paul había empezado. En muchas de las canciones mi aportación fue el «ocho intermedio», (2) el puente.

Playboy: ¿Por ejemplo?

Lennon: Por ejemplo, «Michelle». Paul y yo estábamos hospedados en algún lugar y el caminó y tarareó los primeros acordes, con las palabras, tú sabes (empieza a cantar un verso de «Michelle», y dice: «¿Hacia dónde sigo?». Yo había estado escuchando a la cantante de blues, Nina Simone, que cantaba algo como «I Love You» en una de sus canciones y me hizo pensar en el ocho intermedio para «Michelle» (y canta): «I love you, I love you, I l-o-ove you…».

Playboy: ¿Cuál era la diferencia en términos de componer la letra?

Lennon: Yo siempre la tuve más fácil con las letras, aunque Paul es un letrista muy capaz que no piensa que lo sea. Así que no le busca por ahí. Más que enfrentar el problema, lo evita. «Hey Jude» es un buen conjunto de letras. Yo no contribuí a la letra ahí. Y un par de líneas que ha sacado me indican que es un buen letrista. Pero no lo ha llevado a ningún lado. Aún en esos días, no nos preocupaba la letra siempre y cuando la canción tuviera un tema vago, ella te ama, el lo ama, todos se aman. Era el gancho, la línea y el sonido lo que buscábamos. Esa es aún mi actitud pero no puedo dejar las letras solas. Todavía tengo que hacer que tengan sentido al ser aisladas de las canciones.

Playboy: ¿Cuál es un ejemplo de una letra en la que tú y Paul hayan trabajado juntos?

Lennon: En «We Can Work It Out», Paul hizo la primera mitad, yo hice el ocho intermedio. Ahí tienes a Paul escribiendo: «We can work it out/We can work it out», bien optimista y tú sabes, yo todo impaciente: «Life is very short and there’s no time/For fussing and fighting, my friend….».

Playboy: Paul cuenta la historia y John hace filosofía.

Lennon: Claro, Bueno, siempre fue así. Yo era así antes de The Beatles y después de The Beatles. Siempre pregunté por qué la gente hace cosas y por qué la sociedad era como era. No sólo la acepté por lo que aparentemente estaba haciendo. Siempre vi debajo de la superficie.

Playboy: Cuando hablas de que trabajaban juntos en una letra de un sencillo como «We Can Work It Out», se da por entendido que tú y Paul trabajaron de manera más compenetrada de lo que has admitido en el pasado. ¿No has dicho que tú escribiste la mayoría de canciones de manera separada a pesar de poner los dos nombres en la autoría de las canciones?

Lennon: Si, estaba mintiendo (se ríe). Eso fue cuando me sentía resentido así que sentí que hacíamos todo separados. Pero de hecho, muchas de las canciones que hicimos fue de cara a cara.

Playboy: Pero muchas de ellas fueron hechas por separado, ¿no?

Lennon: Sí. «Sgt. Pepper» fue idea de Paul y recuerdo que trabajó mucho en ella y de repente me llamó al estudio, dijo que era tiempo de escribir algunas canciones. Con «Pepper» teníamos la presión de sólo tener 10 días y pude sacar «Lucy In The Sky» y «Day In The Life». No nos comunicábamos demasiado. Y después, eso fue lo que hizo resentirlo. Pero ahora entiendo que sólo fue el mismo juego competitivo todo el tiempo.

Playboy: Pero el juego competitivo fue bueno para ustedes, ¿no?

Lennon: En los primeros días hacíamos un récord de 12 horas o algo así, ya que querían un sencillo cada tres meses y teníamos que escribir en el cuarto de hotel o en una camioneta. Así que la cooperación era funcional así como musical.

Playboy: ¿No piensas que tal cooperación, la magia entre ustedes, es algo que falta en tu trabajo desde entonces?

Lennon: Nunca he sentido la pérdida. No quiero sonar negativo, como si no necesitara a Paul, porque cuando él estaba ahí obviamente funcionaba. Pero no puedo… Es más fácil decir lo que yo le di que lo que el me dio a mí. Y el diría lo mismo.

Playboy: De manera rápida y mientras estamos en el tema de las letras y tu resentimiento en contra de Paul, ¿qué te hizo escribir «How Do You Sleep?», que dice: «Esos locos tenían razón cuando dijeron que habías muerto» y «Lo único que hiciste fue Yesterday/Y desde que te fuiste, sólo eres Another Day»?

Lennon: (Sonríe) Tú sabes, no me sentía tan vicioso en ese tiempo. Pero usaba mi resentimiento en contra de Paul para crear una canción, pongámoslo de esa manera. El vio que la canción obviamente se refería a él y la gente me siguió preguntando sobre eso. Pero también hubo referencias en su álbum antes del mío. El es tan obscuro que la gente no se dio cuenta, pero yo las escuché. Y pensé, bueno, yo no soy obscuro, yo voy directo al punto. Así que él lo hizo a su manera y yo lo hice a la mía. Pero en relación a la línea que mencionaste, sí, pienso que de alguna manera, a Paul se le murió la creatividad.

Playboy: A lo que estamos llegando es a que tú dices que lo que has hecho desde The Beatles se mantiene bien, ¿pero no sería posible que con todos ustedes se de el caso de que el total de la creatividad sea mejor que las partes?

Lennon: Yo no se si lo puedas entender: cuando The Beatles tocaron en los Estados Unidos por primera vez, tocaron a la manera artesanal. Quiero decir que ya eran manos viejas. La frescura se había ido de nuestras interpretaciones hace mucho tiempo. En el mismo respecto, la creatividad para componer nos había abandonado a Paul ya mí a la mitad de los sesentas. Cuando escribíamos juntos en los primeros días era como el inicio de una relación. Mucha energía. En el periodo de «Sgt. Pepper» y «Abbey Road» la relación ya había madurado. Tal vez si hubiéramos seguido juntos, muchas cosas interesantes habrían salido, pero no hubiera sido lo mismo.

Playboy: Vamos con Ringo. ¿Qué opinas de él musicalmente?

Lennon: Ringo era una estrella por derecho propio en Liverpool antes de que lo conociéramos. El era un baterista profesional que cantaba e interpretaba y tenía su tiempo y además estaba en uno de los grupos más importantes de la Gran Bretaña, pero especialmente en Liverpool, todo esto antes de que tuviéramos un baterista. Así que el talento de Ringo hubiera salido de alguna u otra manera. No se en qué hubiera terminado, si en la actuación, como baterista o como cantante, no lo se, pero hay algo en él que implica proyección y el hubiera destacado con o sin The Beatles. Ringo es un muy buen baterista. No es técnicamente bueno, pero creo que la forma de tocar de Ringo está desvalorada tal como está la de Paul con el bajo. Paul fue uno de los bajistas más innovadores. Y la mitad de las cosas por las que está pasando ahora es consecuencia directa de su periodo con The Beatles. Es un egomaníaco sobre todo lo que se relaciona con el, pero siempre fue modesto en relación a su forma de tocar el bajo. Creo que Paul y Ringo están al nivel de cualquier músico de rock. Ninguno de nosotros podía leer su música. Ninguno podía escribirla. Pero como músicos puros, como seres humanos inspirados para hacer ruido, son tan buenos como cualquier otro.

Playboy: ¿Y qué opinas de la música solista de George?

Lennon: Creo que «All Things Must Pass» fue buena. Sólo que era muy larga.

Playboy: ¿Cómo te sentiste en relación a la demanda que perdió George que decía que «My Sweet Lord» es una copia de la canción de las Shirelles (sic), «He’s So Fine»?

Lennon: Bueno, el camino directo a ella. El sabía lo que estaba haciendo.

Playboy: ¿Estás diciendo que plagió de manera consciente la canción?

Lennon: El debió haberlo sabido. El es inteligente. De hecho, es irrelevante, sólo vale a nivel monetario. Podía haberle cambiado un par de acordes a la canción y nadie lo habría notado, pero la dejó ir y pagó el precio. Tal vez pensó que Dios le daría chance. (A la impresión de esta entrevista, la corte ha encontrado a George culpable de plagiar de manera «subconsciente» la canción pero no ha dictado sentencia sobre los daños).

Playboy: De hecho, no has mencionado mucho a George en esta entrevista.

Lennon: Bueno, el libro de George, «I, Me, Mine», me lastimó así que este mensaje va para él. El sacó un libro de su vida en donde, por omisión, señala que mi influencia en su vida es absolutamente nula. En su libro, que claramente está diseñado para mostrar sus influencias en cada canción que escribió, recuerda cada músico o guitarrista de poco valor que conoció en los años subsecuentes, pero yo no estoy en el libro.

Playboy: ¿Por qué?

Lennon: Porque la relación entre George y yo fue aquella de un seguidor joven con alguien mayor. El tiene tres o cuatro años menos que yo. Es una relación amor-odio y creo que George todavía resiente que yo haya sido el papá que dejó el hogar. El no estaría de acuerdo con lo que te estoy diciendo, pero es lo que yo siento al respecto. Yo me sentí lastimado. Me dejó a un lado, como si yo no existiera. No quiero ser tan egocentrista, pero el fue un discípulo mío cuando empezamos. Yo ya era un estudiante de arte cuando Paul y George estaban aún en la secundaria (equivalente al highschool en los Estados Unidos). Existe una vasta diferencia entre estar en la preparatoria y estar en la universidad y yo ya estaba en la universidad y ya tenía relaciones sexuales, ya bebía y hacía muchas cosas. Cuando George era un muchacho nos seguía mucho a Cynthia, mi primera novia que después fue mi esposa, y a mí. Salíamos de la escuela de arte y él estaba afuera como ahora están todos esos muchachitos en la reja del Dakota. Recuerdo el día en que llamó para pedir ayuda para «Taxman», una de sus mejores canciones. Le di algunas líneas para ayudarlo con la canción porque eso fue lo que pidió. No fue con Paul porque Paul no lo hubiera ayudado en ese periodo. Yo no quería hacerlo. Pense: oh, no, no me digas que ahora tengo que hacer el trabajo de George. Es suficiente con hacer mis cosas y las de Paul. Pero porque lo amaba y no quería lastimarlo cuando me llamó esa tarde y dijo: «¿me ayudarías con esta canción?», me mordí la lengua y le dije que sí. Había sido por mucho tiempo John y Paul y él había sido mantenido afuera porque no era un compositor sino hasta ese momento. Como cantante, sólo le dejábamos una canción de cada álbum. Si escuchas los primeros álbumes de The Beatles, las versiones inglesas, él sólo tenía una canción. Las canciones que él y Ringo cantaban al principio eran las canciones que eran parte de mi repertorio en los salones de baile. Yo solía escoger las canciones para ellos de mi repertorio, las más fáciles de cantar. Así que estoy ligeramente resentido por el libro de George. Pero no me malinterpretes. Aún amo a esos tipos. The Beatles terminaron pero John, Paul, George y Ringo seguirán.

Playboy: ¿No trabajaron los cuatro Beatles en una canción que escribiste para Ringo en 1973?

Lennon: «I Am The Greatest». Fue una frase de Muhammad Ali, por supuesto. Era perfecta para que Ringo la cantara. Si yo dijera, «I Am The Greatest» (Soy el Más Grande), todos lo tomarían muy en serio. Nadie se molestaría si Ringo la cantara.

Playboy: ¿Disfrutaste tocar con George y Ringo de nuevo?

Lennon: Claro, excepto cuando George y Billy Preston empezaron a decir: «Formemos un grupo, formemos un grupo». Me dio pena cuando George me empezó a preguntar a mí. El estaba sólo disfrutando la sesión y el ambiente era bueno pero yo estaba con Yoko. Tomamos tiempo de lo que estábamos haciendo. El sólo hecho de que ellos pudieran pensar que yo podría estar en un grupo de hombres sin Yoko… Aún seguía en sus mentes.

Playboy: Sólo para terminar con tu tema favorito, ¿que hay de la sugerencia de que los cuatro pusieran aparte sus sentimientos personales y se reagruparan para dar un gran concierto de caridad, algo que realmente fuera benéfico?

Lennon: No quiero tener nada que ver con esos eventos. He sido beneficiado hasta la muerte.

Playboy: ¿Por qué?

Lennon: Porque siempre hay fraudes. No he interpretado para mis propias ganancias desde 1966, desde la última vez que actuaron The Beatles juntos. Cada concierto desde entonces, Yoko y yo lo hicimos por beneficencias específicas excepto por uno en Toronto que fue una remembranza del rock ‘n’ roll. Cada uno de ellos fue un desastre o un fraude. Así que ahora le damos dinero a quien queremos. ¿Has oído hablar del diezmo?

Playboy: Es cuando das un porcentaje fijo de tu dinero.

Lennon: Sí. Lo voy a hacer, sólo que de manera privada. No me vas a enclaustrar en el negocio de salvar al mundo en el escenario. El show siempre es un desastre y los artistas siempre salen mal.

Playboy: ¿Pero qué hay del concierto de Bangladesh, en el cual tocaron George y otras personas, como Dylan?

Lennon: Bangladesh fue caca.

Playboy: ¿Te refieres a todos los cuestionamientos sobre a dónde fue el dinero?

Lennon: Claro. Ni siquiera puedo hablar de eso porque todavía es un problema. Tendrás que checar con Mamá (Yoko) porque ella sabe los vericuetos de eso, yo no. Pero fue un fraude. Así que olvídalo. Todos ustedes que están leyendo esto, no se molesten en enviarme basura del tipo «ven y salva a los indios, ven y salva a los negros, ven y salva a los veteranos de guerra». Cualquiera que yo quiera ayudar será ayudado a través de nuestro diezmo, que es el diez por ciento de lo que ganamos.

Playboy: Pero eso no se compara con lo que un promotor, Sid Bernstein, dijo que podrías ganar dando un concierto televisado a nivel mundial, tocando separados, como individuos o juntos, como The Beatles. El estimó que ustedes podrían ganar 200 millones en un día.

Lennon: Eso fue un comercial para Sid Bernstein escrito con sentimentalismo judío e interpretación y lágrimas, hincado en una rodilla. Fue Al Johnson. Ok. Así que no lo creo. Ok.

Playboy: Pero el hecho es, 200 millones para un país pobre de Sudamérica…

Lennon: ¿En dónde dice que The Beatles deben darle 200 millones a Sudamérica? Estados Unidos le ha dado billones a lugares como ese. No significa nada. Después de que se han comido la ayuda, ¿qué hacen? Es un círculo. Puedes dar tu dinero para siempre. Después Perú, después Harlem, después la Gran Bretaña. No hay un concierto único. Tendríamos que dedicarnos el resto de nuestras vidas a una gira mundial de conciertos y yo no estoy listo para eso. No en esta vida.

Fuentes:

http://buscabiografias.com/cgi-bin/verbio.cgi?id=1902
http://www.paralibros.com/biograf/autores/bg2080jl.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/John_Lennon
http://www.taringa.net/posts/104505

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